El aprendizaje y servicio solidario con perspectiva de género: una apuesta formativa para el tejido social
Rebeca Acevez Muñoz*
La educación tiene un papel transformador en contextos de desigualdad, especialmente cuando promueve la equidad y la justicia. El enfoque denominado Aprendizaje y servicio solidario (AySS), combinado con la perspectiva de género, articula escuela y comunidad, visibiliza desigualdades y fortalece una ciudadanía crítica. Su institucionalización es clave para formar generaciones comprometidas con la justicia social y el cambio.
Al concluir un ciclo escolar más, nuestras comunidades escolarizadas dejan las aulas formales para integrarse a las aulas de la vida. Estas nuevas aulas —familiares, vecinales, comunitarias— se verán permeadas durante los próximos meses por infancias, juventudes y familias que buscarán conciliar las demandas familiares, sociales y económicas con los calendarios escolares.
Sin embargo, estas otras aulas —las del ocio, la corresponsabilidad, los cursos o el trabajo de verano— están marcadas en nuestro país por profundas desigualdades, violencia estructural y una creciente fragmentación del tejido social. En este contexto, la educación sigue siendo una de las herramientas más poderosas para la transformación social. Una transformación que vaya más allá del aula escolarizada e imagine proyectos de incidencia social que vayan desde veranos más equitativos para todas las comunidades, escolarizadas o no, proyectos de inclusión, alimentación sustentable, energías limpias, etc. Una educación que transforme personas, escuelas, comunidades y que desde esta capacidad transformadora se vuelvan relevantes los saberes y contenidos propios de los planes y programas educativos para ser insertos en la vida diaria, en las prácticas sociales o en las estructuras organizativas de los diversos sistemas políticos, tecnológicos, sociales o culturales.
Aprendizaje y servicio solidario (AySS): una propuesta transformadora
A lo largo de los años, diversas comunidades educativas han desarrollado métodos innovadores para abordar la educación. Uno de ellos es el aprendizaje y servicio solidario (AySS), una propuesta pedagógica que emerge a principios del siglo XX especialmente en América Latina y Estados Unidos y que vincula la escuela con la realidad social. Este enfoque no solo promueve la formación de una ciudadanía crítica y comprometida, sino que impulsa acciones concretas para la reconstrucción comunitaria desde la justicia, la equidad y el fortalecimiento del tejido social.
Al incorporar la lógica de proyectos como eje de la acción social esperada, el aprendizaje y servicio social acompaña fases específicas para el desarrollo de los proyectos. Identificación de necesidades (diagnóstico), definición conjunta del problema y plan de trabajo, desarrollo de alternativas, reflexión sobre lo planeado e implementado y evaluación y reconocimiento de la colaboración, estas fases permiten poner en juego situaciones de aprendizaje reales y en colaboración con otros para impulsar competencias cognitivas, éticas y emocionales de quienes participan en los proyectos y los implementan en contextos específicos.
El AySS se basa en el aprendizaje a partir de la experiencia en contextos reales, con el objetivo de transformar la realidad de la que se participa. Cuando a estos proyectos se les incorpora la perspectiva de género, esta metodología se enriquece aún más, integrando la inclusión como eje fundamental de los proyectos educativos. Algunas comunidades académicas comienzan a documentar esta integración a parir de la demanda de la interseccionalidad de desigualdades para incorporar la inclusión con mayor intencionalidad en los proyectos de AySS y estudiar su pertinencia en el impacto de los proyectos con hallazgos significativos. Un ejemplo es la guía de Aprendizaje e inclusión social publicada por la red de Aprendizaje-Servicio de las Universidades Catalanas y la Asociación Catalana de Universidades Públicas en 2022.
La perspectiva de género en la educación
Educar con perspectiva de género implica reconocer y cuestionar las desigualdades históricas, promoviendo relaciones más equitativas y el respeto por los derechos económicos, políticos y sociales. Esta perspectiva no se limita a los contenidos curriculares, sino que busca escalar su incidencia en las prácticas pedagógicas, los vínculos, las estructuras organizativas y la creación de espacios seguros, tanto en contextos escolares como en otros ámbitos educativos no formales.
La convergencia de enfoques: AySS + perspectiva de género
El aprendizaje y servicio solidario articula el saber académico con la acción social, mediante proyectos diseñados por docentes y ciudadanía organizada para responder a necesidades reales de diversas comunidades. En estos proyectos, los estudiantes desarrollan competencias cognitivas, éticas y emocionales, fortaleciendo su sentido de pertenencia, ciudadanía global y responsabilidad social. Esta metodología fomenta de manera transversal el trabajo colaborativo y el diálogo interdisciplinar como ejes fundamentales para el tejido social con perspectiva de género.
La convergencia entre AySS y la perspectiva de género potencia la capacidad transformadora de la educación. Además, la incorporación de la inclusión con mayor intencionalidad en los proyectos genera situaciones de aprendizaje para que los estudiantes que participan de la experiencia se reconozcan en un contexto que demanda una lectura y abordaje desde la interseccionalidad. Esta combinación permite que los estudiantes, en colaboración con diversas comunidades, desarrollen proyectos en escenarios reales, enfrentando problemáticas concretas desde una mirada inclusiva y crítica. Al mismo tiempo, visibiliza las problemáticas específicas que, en el caso de proyectos con perspectiva de género, afectan a niñas, juventudes, mujeres y diversidades, promoviendo acciones transformadoras.
Hacia una educación viva y comprometida
Incluir —e idealmente institucionalizar— proyectos que integren AySS y perspectiva de género en las escuelas, convierte los planes y programas de estudio en proyectos vivos, reales y comprometidos con la equidad y la justicia social. Este componente de realidad en los programas de estudio capitaliza a la escuela en su posicionamiento como un agente activo en la construcción de una sociedad más humana y solidaria.
Tanto en México (ayssmexico.org) como en el mundo (clayss.org), existen repositorios que documentan experiencias exitosas de AySS. Estos recursos pueden servir como referencia para conocer cómo diversas instituciones educativas han logrado impactos tangibles en la resolución de problemas sociales y en la formación de una ciudadanía global, crítica y solidaria.
Reflexión final
Reconocer la realidad de desigualdades en México hace pertinente incorporar enfoques como el AySS y la perspectiva de género en los procesos educativos. Apostar por esta convergencia es apostar por una educación integral, comprometida con su entorno y orientada a la transformación social; también es movilizar a las nuevas generaciones para que los saberes adquiridos en las aulas trasciendan sus fronteras y contribuyan a imaginar y construir un mundo más justo, equitativo y solidario.
*Rebeca Acevez Muñoz
Pluma invitada. Directora del Centro Interdisciplinario para la Formación y la Vinculación Social en el ITESO. Académica Universitaria y acompañante de la articulación del trabajo de género. Se ha especializado en gestión y educación social, coordinando proyectos y centros comunitarios de intervención socioeducativa con perspectiva territorial, de género y de derechos. Su trayectoria está centrada en el diseño de proyectos entre instituciones educativas y organizaciones sociales.