Los desafíos de las profesoras de educación básica durante la menopausia

Jocelyn Mendoza González*

 

El climaterio y la menopausia presentan desafíos significativos para las profesoras en México, afectando su rendimiento físico, cognitivo y emocional. Más del 70% de las maestras de educación básica se enfrentarán a estos cambios. Es crucial visibilizar estos problemas, que a menudo se minimizan o atribuyen a "histeria femenina". La falta de políticas de apoyo, infraestructura inadecuada y escasa sensibilización en los entornos laborales magnifican la situación. Se proponen horarios flexibles, formación, atención y espacios de apoyo para mejorar su bienestar y la calidad educativa.


Las ‘3 m’: “menstruación”, “maternidad” y “menopausia” son condiciones biológicas exclusivas de las mujeres, mismas que exigen ser visibilizadas por parte de los gremios académicos, políticos y sociales.  En este texto abordamos la menopausia que constituye una tercera parte de la vida femenina [1]. Esta etapa se diferencia del climaterio, pues alude a la desaparición definitiva de la menstruación por un periodo aproximado de 12 meses consecutivos; mientras que el climaterio es una etapa en la cual se pasa de una vida reproductiva a la no reproductiva, su duración es variable e inicia aproximadamente entre los 45 y 59 años con la perimenopausia y se extiende varios años hasta la posmenopausia [1]. Este proceso se caracteriza por una serie de cambios físicos, psicológicos, mentales y sociales que, con frecuencia, no reciben el reconocimiento necesario en los contextos laborales.

En este aspecto, el panorama educativo de México se muestra complejo ante los desafíos que el 71.7% de mujeres dedicadas a la enseñanza en el nivel de educación básica –con un promedio de 40.4 años [2]– tendrán que enfrentar en 2030, al iniciar la etapa de cambios hormonales a causa de la perimenopausia. En 2021, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) [3] reportó que 31% de las profesoras de educación básica tenía entre 40 y 59 años, y de manera más reciente, durante el tercer trimestre de 2024, Data México [2] indicó que 306,000 mil profesoras con edades entre los 35 y 44 años se encuentran laboralmente activas, lo que implica considerar que, en los próximos cinco años, este número de profesoras se encontrará entre los 40 y 49 años, iniciando su etapa premenopáusica.

Cerca del 23.5% de las maestras que trabajan  en la educación básica se encontrará en los próximos años ante un desafío físico, psicológico, mental, social y laboral adicional, al tener que cumplir –bajo los síntomas de la menopausia– con las responsabilidades propias de la enseñanza, evaluación, control de grupo, y para algunas más, la investigación.

A partir de la perimenopausia, las mujeres experimentan síntomas que impactan significativamente su desempeño profesional, se ha reportado una tendencia hacia un empeoramiento del rendimiento cognitivo en mujeres durante la menopausia debido a la disminución en niveles hormonales, especialmente de estrógeno [4]. Según North American Menopause Society [5] los sofocos, la fatiga, la ansiedad, los problemas de concentración y la “niebla cerebral” son comunes en esta etapa, y afectan la capacidad de realizar tareas complejas. Por ejemplo:

  • Fatiga física: Los cambios hormonales generan agotamiento persistente, dificultando jornadas laborales extensas.

  • Dificultades cognitivas: La pérdida de memoria y la falta de concentración limitan la capacidad de planificación y ejecución de actividades académicas [6].

  • Alteraciones emocionales: Se presentan síntomas de ansiedad, irritabilidad y depresión que interfieren en las relaciones laborales y personales.

  • Dolores físicos: Los sofocos, dolores articulares y musculares son frecuentes, afectando la movilidad y el bienestar general.

La menopausia es una condición biológica como cualquier otra; sin embargo, estos síntomas suelen categorizarse como “histeria femenina”, falta de atención o interés, mal carácter e incapacidad para trabajar en equipo, asociadas al desbalance hormonal, la “niebla cerebral” y la ansiedad. Estos problemas suelen ser invisibilizados o minimizados en los entornos educativos laborales, dado que “los espacios de trabajo aún no cuentan con prácticas de concientización, soporte y empatía que se traduzcan en políticas de apoyo para las profesionales que pasan por este proceso biológico” [7] incrementando la carga mental y emocional que enfrentan las profesoras.

En el ámbito educativo, las demandas laborales exigen altos niveles de rendimiento y compromiso. Las profesoras deben:

  • Preparar clases: Diseñar estrategias educativas dinámicas que respondan a las necesidades de un alumnado diverso.

  • Evaluar: Corregir grandes volúmenes de exámenes y trabajos, tarea que requiere precisión y concentración.

  • Controlar grupos: Gestionar grupos numerosos, algunos con desafíos de disciplina, lo que incrementa la presión.

  • Investigar: Cumplir con expectativas académicas de producción científica, incluso frente a dificultades de concentración asociadas al climaterio [8].

La carga combinada de estas actividades se magnifica en ausencia de apoyo institucional, incluso, existen prácticas en las organizaciones que cuentan con mujeres en edad menopáusica, donde se les “sugiere” reducir su jornada laboral a medio tiempo impactando su ingreso económico, en otros casos, se les “alienta” a retirarse anticipadamente antes de alcanzar los años necesarios para obtener una pensión completa [7], exacerbando los efectos de los síntomas mencionados.

Insuficiencias en las condiciones laborales

Las condiciones laborales actuales aún no están diseñadas para atender las necesidades específicas de las profesoras en la premenopausia y menopausia. Estudios recientes han señalado las siguientes problemáticas [9] [10]:

  • Falta de políticas de apoyo: Las instituciones suelen carecer de medidas como horarios flexibles, días libres por malestares físicos o emocionales, y acceso inmediato a atención médica

  • Infraestructura inadecuada: La ausencia de espacios adecuados, como salas de descanso, áreas climatizadas, escaleras eléctricas o elevadores, dificultan el manejo de los síntomas.

  • Escasa sensibilización: La falta de formación y conocimiento por parte de colegas y autoridades superiores perpetúa el estigma y la invisibilidad de estos desafíos.

En este contexto, las maestras enfrentan el doble desafío de cumplir con las expectativas académicas, al mismo tiempo que deben manejar la sintomatología derivada de su biología.

Es imperativo generar leyes orientadas a la igualdad efectiva de mujeres y hombres que consideren adaptar las condiciones laborales y sociales que afectan a las profesoras en esta etapa. Algunas recomendaciones consideran:

  • Políticas institucionales: Introducir horarios flexibles, días libres específicos y acceso a asistencia médica especializada.

  • Formación y sensibilización: Implementar programas educativos dirigidos a estudiantes, compañeros y superiores sobre la premenopausia y el climaterio.

  • Espacios de apoyo: Crear grupos dentro de las instituciones donde las maestras puedan compartir experiencias y encontrar soluciones prácticas.

Estas acciones no solo mejorarán el bienestar de las maestras, sino que también crearán ambientes laborales más inclusivos y sensibles, lo que repercutirá en el aumento de la calidad educativa.

La premenopausia y la menopausia son procesos naturales que impactan profundamente la vida de las mujeres profesoras. Reconocer los desafíos físicos, psicológicos y mentales que enfrentan, junto con las barreras laborales que perpetúan su invisibilidad, es fundamental para garantizar su bienestar y productividad. Las instituciones educativas tienen la responsabilidad social de implementar políticas y medidas que permitan a estas profesionales desempeñar sus funciones con dignidad y eficacia. Solo con un cambio sistémico se podrá construir un entorno laboral equitativo y comprensivo.

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Referencias

[1] Capote, M. I., Segredo, A. M. y Gómez, O. (2011). Climaterio y menopausia. Revista Cubana de Medicina General Integral, 27(4), 543-557. http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0864-21252011000400013&lng=es&tlng=es

[2] Data México. (2024). Profesores de Nivel Básico: Salarios, diversidad, industrias e informalidad laboral. https://www.economia.gob.mx/datamexico/es/profile/occupation/profesores-de-nivel-basico

[3] INEGI (2021). Estadísticas a propósito del Día del Maestro. (Comunicado de prensa Núm. 278/21) https://www.inegi.org.mx/contenidos/saladeprensa/aproposito/2021/EAP_MAESTRO21.pdf

[4] Conde, D. M., Verdade, R. C., Valadares, A. L. R., Mella, L. F. B., Pedro, A. O. y Costa-Paiva, L. (2021). Menopause and cognitive impairment: A narrative review of current knowledge. World journal of psychiatry11(8), 412–428. https://doi.org/10.5498/wjp.v11.i8.412

[5] The North American Menopause Society (2015). Nonhormonal management of menopause-associated vasomotor symptoms: 2015 position statement of The North American Menopause Society. Menopause, 22(11), 1155-1174. https://journals.lww.com/menopausejournal/abstract/2015/11000/nonhormonal_management_of_menopause_associated.3.aspx

[6] Velasco, M. (2023, 7 de junio). Does menopause cause brain fog? Mayo Clinic Minute https://newsnetwork.mayoclinic.org/discussion/mayo-clinic-minute-does-menopause-cause-brain-fog/

[7] García-Bullé, S. (2020, 3 de marzo). ¿Por qué no hablamos de menopausia en las universidades? https://observatorio.tec.mx/maternidad-menopausia-universidades/

[8] Leibovitz, T. (2024) Visibilizar y atender los problemas de salud mental en la menopausia. Innovación Digital, 25-30.  https://www.wemindcluster.com/wp-content/uploads/2024/02/brains-11-innovacion-digital.pdf

[9] Riach, K. y Jack, G. (2021). Women's Health in/and Work: Menopause as an Intersectional Experience. International journal of environmental research and public health18(20), 2-17. https://doi.org/10.3390/ijerph182010793

[10] Harnois, C. E. y Bastos, J. L. (2018). Discrimination, Harassment, and Gendered Health Inequalities: Do Perceptions of Workplace Mistreatment Contribute to the Gender Gap in Self-reported Health? Journal of Health and Social Behavior, 59(2), 283-299. https://doi.org/10.1177/0022146518767407


*Jocelyn Mendoza González

Integrante de MUxEd. Doctora en Educación por la UPAE; profesora e Investigadora en la Universidad Pedagógica Nacional, Unidad 211, Puebla; integrante del SNII y del COMIE, como Asociado Titular. Sus líneas de investigación abordan los significados de los sujetos de la educación y la formación docente.




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