Reflexiones del Iº Congreso de MUxED: Educación, género y políticas públicas
María Sofía León Olea*
El Primer Congreso de MUxED nos recordó la importancia de crear espacios de reflexión y de tejer redes … porque lograr la igualdad de género y avanzar hacia una educación equitativa y transformadora no es tarea de una sola institución, es un llamado a la acción colectiva.
El Primer Congreso de la Red Mujeres Unidas por la Educación (MUxED) abrió un espacio de diálogo para reflexionar sobre los avances, retos y tareas pendientes en la intersección de género, educación y políticas públicas en México. Este encuentro no sólo sirvió para celebrar los logros alcanzados, sino también para trazar una hoja de ruta que guíe las futuras políticas públicas en materia educativa. A lo largo de este texto, recopilo algunas ideas, experiencias y el trabajo de distintas mujeres que, desde sus campos de acción, están reimaginando una política al servicio de la educación y una educación dirigida a la equidad y a la justicia social.
Avances y retrocesos: iniciativas educativas (y en otros ámbitos) bajo la lupa de género
En los últimos años, hemos sido testigos de importantes avances en la incorporación de la perspectiva de género en el ámbito educativo. Uno de los logros más destacados es la paridad de género en la educación superior. En México, hoy en día, hay más mujeres que hombres en las universidades. Sin embargo, persisten desafíos estructurales que impiden una educación verdaderamente emancipadora para las niñas y jóvenes. La desigualdad de género sigue reproduciéndose en las aulas, y las brechas salariales y laborales persisten. Aunque hay más mujeres en la universidad, la paridad no se refleja en las carreras STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas), ni en las oportunidades laborales posteriores. No sólo existe un “techo de cristal”, sino también un “techo de cemento”; es decir, muchas mujeres no se sienten capaces de llegar a posiciones de toma de decisiones.
En la investigación académica también ha habido avances, pero aún hay brechas que atender. La investigación con perspectiva de género en ciencias sociales y humanidades es cada vez más amplia y transversal. El número de estudios que incorporan este enfoque para analizar y comprender las dinámicas sociales desde una perspectiva más inclusiva y equitativa ha crecido de manera significativa. No obstante, la sobrerrepresentación de hombres en áreas de ciencia y tecnología en el Sistema Nacional de Investigadoras e Investigadores (SNII) es un claro indicador de que aún hay mucho por hacer. Los estereotipos de género siguen influyendo en las carreras que escogen las y los estudiantes y, de manera preocupante, la inteligencia artificial los está replicando.
En la divulgación de temas educativos, las mujeres se enfrentan a retos únicos para ser escuchadas y reconocidas como expertas. En los medios de comunicación mexicanos, menos del 30% de las columnas de opinión están escritas por mujeres, y aún menos tratan temas relacionados con la educación o la ciencia. Por eso, es fundamental cuestionar quién explica la educación en los medios, quién interpreta las reformas, las políticas, las cifras. Urge disputar el espacio mediático y académico desde las voces de mujeres expertas, activistas, docentes, madres, cuidadoras e investigadoras que saben de educación no sólo por formación, sino también por experiencia propia. En ese sentido, las plataformas digitales abren una oportunidad importante para amplificar nuestras voces y construir narrativas educativas sensibles al género. Debemos involucrarnos en las comunidades y construir redes. Solo así podremos romper las barreras de género y saldar una deuda histórica de invisibilización.
Un avance relevante en la búsqueda de la igualdad educativa en México ha sido la implementación, desde 1997, del Presupuesto Federal Etiquetado, que es una estrategia para institucionalizar la perspectiva de género en el gasto público. Esta iniciativa, impulsada por la Comisión Nacional de la Mujer (CONMUJER), y que fue posible gracias a la lucha de legisladoras y organizaciones civiles feministas, ha permitido evidenciar las diferencias en el impacto de las decisiones políticas sobre mujeres y hombres, y ha promovido la asignación de recursos para corregir desigualdades históricas. Si bien actualmente contamos con el presupuesto máximo asignado a la igualdad de género, un 9.6% más alto que en sexenios anteriores, la realidad es que una parte significativa de estos recursos se han destinado a programas que no están directamente relacionados con la perspectiva de género. Esta situación plantea la necesidad de fortalecer los mecanismos de seguimiento y evaluación para garantizar que las estrategias con enfoque de género estén en verdad dirigidas a promover la igualdad sustantiva.
Las políticas públicas al centro
Para abordar estos retos y transformar el sistema desigual en que vivimos, es fundamental apostar por políticas públicas que no sólo incorporen a más mujeres al sistema educativo, sino que transformen las estructuras que perpetúan la desigualdad. Durante las sesiones del congreso, surgieron ideas y acciones que buscan orientar la planeación y la ejecución de políticas públicas, con un enfoque transversal, basado en evidencia y con perspectiva de género. Entre ellas están:
Capacitar a docentes en derechos humanos y prevención de la violencia para lograr que las escuelas sean espacios seguros y libres de discriminación.
Prevenir el embarazo adolescente y garantizar el regreso a las aulas de las madres jóvenes.
Impulsar el liderazgo femenino en todos los espacios, incorporando la voz de las mujeres en la creación de políticas públicas. Sin mujeres en el poder, no hay transformación real.
Repensar el presupuesto con perspectiva de género, asegurando que los recursos se asignen de manera equitativa y eficiente.
Desglosar los datos educativos en género para identificar y abordar las desigualdades específicas que enfrentan las niñas y mujeres.
Fortalecer la representación de las mujeres en la ciencia y en las altas posiciones del SNII, así como en el mercado laboral.
Coordinar esfuerzos para garantizar espacios escolares libres de violencia de género.
Modificar la normatividad e impulsar un acuerdo nacional para integrar el enfoque de género al contenido curricular, poniéndolo al centro en la transformación de la cultura escolar.
Un llamado a la acción colectiva
Lograr la igualdad de género y avanzar hacia una educación equitativa y transformadora no es tarea de una sola institución, es más bien un llamado a buscar alianzas y promover la participación activa y coordinada de diversos actores: escuelas, autoridades educativas, sociedad civil, fundaciones, organismos internacionales, sindicatos, entre otros.
El Primer Congreso MUxED nos ha recordado la importancia de esta fuerza colectiva, de crear espacios y de tejer redes. Los logros alcanzados nos inspiran, pero los grandes retos nos obligan a no soltarnos y a propiciar el cambio comenzando por nuestros ámbitos de acción. No dejemos de disputar espacios y sigamos construyendo una comunidad viva y de confianza entre iguales. Tenemos un largo camino que recorrer, pero vamos juntas.
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*María Sofía León Olea
Integrante de MUxED. Egresada de la licenciatura en Relaciones Internacionales (El Colegio de México). Consultora en temas de educación y administración pública. Desde 2015, ha colaborado en distintos proyectos de cooperación e investigación de política educativa. implementado talleres y diplomados relacionados con la equidad de género.